La importancia de la conciliación familiar y el papel de la psicología en la resolución de conflictos
La familia y el conflicto familiar:
La familia es el pilar fundamental de la sociedad. A través de ella aprendemos a relacionarnos con otras personas, comprender diferentes perspectivas y negociar para alcanzar acuerdos cuando hay diferencias. En el seno familiar, se desarrollan vínculos emocionales sólidos que proporcionan un sentido de pertenencia y seguridad, los cuales son fundamentales para el bienestar de cada individuo.
Sin embargo, es natural que surjan conflictos cuando convivimos estrechamente con nuestros seres queridos. Estos conflictos pueden ser desacuerdos entre los miembros de la familia que inevitablemente se generan debido a diferentes intereses u opiniones contradictorias. En este sentido, todas las relaciones contienen un grado de conflicto, y a través de ellos aprendemos a ceder y a comprender los puntos de vista de quienes nos rodean.
El verdadero problema surge cuando los miembros de una familia no logran llegar a un acuerdo y las herramientas utilizadas anteriormente para resolver los conflictos ya no son suficientes. En este caso, cuando la relación se vuelve insostenible, la separación puede desencadenar disputas intensas que afectan a todos los integrantes de la familia.
La conciliación como alternativa previa al juicio:
Para prevenir esta situación, el derecho ofrece una alternativa previa al juicio conocida como conciliación, en la cual las partes enfrentadas pueden recurrir a un tercero imparcial que actúa como mediador o conciliador. La conciliación es un mecanismo alternativo de resolución de conflictos en el que las personas involucradas gestionan por sí mismas la solución de sus diferencias con la ayuda de un tercero neutral y calificado, conocido como conciliador.
La conciliación permite resolver los conflictos de manera pacífica y efectiva, evitando así un proceso judicial prolongado y costoso. Es especialmente beneficiosa en casos de familia, ya que permite mantener una relación cordial entre los ex cónyuges y proteger a los hijos pequeños del estrés propio de los procedimientos judiciales.
Sin embargo, en muchas ocasiones, la ruptura de una pareja lleva consigo sentimientos de frustración, dolor, rabia y tristeza hacia la otra parte, lo cual obstaculiza el verdadero objetivo de la conciliación. Las personas se enfrascan en discusiones para determinar quién tiene la razón, ignorando las necesidades y motivaciones de la contraparte. El papel del conciliador es evitar que las emociones propias de la ruptura desvíen la atención de las necesidades de los hijos y provoquen discusiones constantes sin llegar a ningún acuerdo.
La importancia de la psicología en la conciliación familiar:
En los conflictos familiares que se someten a conciliación, las emociones desempeñan un papel fundamental. Al considerar lo que consideramos justo, los seres humanos no solo utilizamos la razón, sino que también están presentes nuestros sentimientos y percepciones. A veces, las emociones negativas que albergamos hacia la otra parte impiden comprender su punto de vista y necesidades en relación con el conflicto en cuestión. Esto dificulta la negociación, ya que ninguna de las partes está dispuesta a ceder.
Por lo tanto, incluir la perspectiva psicológica en la conciliación permite un enfoque integral y ayuda a tomar conciencia de las emociones subyacentes en la discusión, lo que facilita abordar el conflicto de manera asertiva y empática.
La psicología es la disciplina que estudia el funcionamiento cognitivo, motivacional, emocional, conductual e interpersonal, y es una herramienta esencial que el mediador debe dominar para analizar, abordar y superar las barreras que impiden a las personas llegar a acuerdos. Por lo tanto, es fundamental que los profesionales de la conciliación tengan conocimientos en psicología teórica y práctica, ya que les permite ayudar a los mediados a superar los obstáculos psicológicos que impiden la resolución de sus conflictos.
En los asuntos familiares, es crucial darle importancia a las emociones al establecer acuerdos que favorezcan la solución de problemas que no se limitan solo a cuestiones monetarias, contractuales o legales, como el divorcio, las demandas de alimentos, la custodia de los hijos y el cuidado personal de los menores, sino que también se refieren a la ruptura o debilitamiento de las relaciones interpersonales, afectivas y sentimentales.
Esto no significa que el mediador deba realizar un análisis psicológico de la persona, ya que no es su campo de conocimiento, pero sí debe identificar los sentimientos o emociones, como la frustración, el dolor, la rabia y la tristeza, que dieron origen al conflicto y llevaron a sus consecuencias. Esto permitirá construir acuerdos más efectivos.
Reflexiones finales:
La sociedad necesita aprender a gestionar conflictos, lo que implica aprender a vivir con ellos y mostrar una madurez social. En este sentido, coincido con Martin-Baro (1988) cuando afirma que "una sociedad mejor es aquella capaz de tener mejores conflictos, reconocerlos y manejarlos, y vivir de manera productiva e inteligente en ellos".
En los casos de conflicto familiar, es de vital importancia orientar a las partes hacia una resolución pacífica. Por lo tanto, parte de nuestro trabajo consiste en proporcionarles todas las herramientas necesarias para llegar a acuerdos que satisfagan sus necesidades y bienestar. En un escenario ideal, resolver los conflictos propiciará una relación armoniosa entre los ex cónyuges y tendrá un impacto positivo en todos los miembros de la familia.
En el Estudio Jurídico Chamorro Rivera & Asociados, siempre velamos por el bienestar y la justicia de nuestros clientes. Buscamos soluciones pacíficas y justas para todos ellos. Por esta razón, contamos con profesionales especializados en conciliación familiar. Además, contamos con un departamento de psicología que aporta una perspectiva integral a los casos que manejamos y brinda apoyo durante los conflictos que puedan surgir durante el proceso.
Por último, somos conscientes de que en algunas ocasiones es necesario recurrir a la vía judicial. En este sentido, nuestros asociados están preparados para abordar casos en el ámbito civil y penal, brindando una atención especializada y personalizada a cada cliente. Confiar en nosotros significa tener la certeza de que trabajaremos por el bienestar de tu familia.
Bibliografía:
- Arboleda, A. (2017). Conciliación, mediación y emociones: Una mirada para la solución de los conflictos de familia. Civilizar Ciencias Sociales y Humanas, 17(33), 81-96.
- Barrero, E. (2008) De Macondo a Mancuso. Conflicto, violencia política y guerra psicológica en Colombia. Bogotá: Desde Abajo.
- Tapias, A. (2016) Aprendiendo a mediar. Bogotá: Ediciones de la U.